Los nipones se agarran de ejemplos de la todavía reciente compra de Bethesda para justificarse.
Mientras sus cuates de Maruchan traen para ustedes un gran torneo de COD: Mobile, el futuro de la franquicia es por decir lo menos incierto y el principal obstáculo es la marca que por años ha sido referente de la saga de FPS en consolas, pues a costa de seguir siéndolo, ha ido de excusa en excusa con autoridades de todo el mundo. Por ello es un asunto de nunca acabar y en cada ocasión se ponen más sinceros que la anterior, como recién se ha conocido por documentos del caso.
Cada vez parece ser más evidente que se trata simplemente de estorbar a Xbox, pues a las desafortunadas declaraciones de Jim Ryan se suma una carta enviada a los reguladores británicos en la que se expresa que no se confía para nada en Xbox y sus acuerdos de 10 años sobre Call of Duty o cualquier otra IP; ¿La razón? Starfield y The Elder Scrolls VI.
A decir de los de PlayStation el problema estriba en una aparente doble moral exhibida tras la compra de Bethesda, que no encontró demasiadas trabas y en cuyo contexto Microsoft aseguró que no implicaba que franquicias como Fallout o Doom serían exclusivas de Series X y futuras consolas, cuando los hechos muestran que el llamado “Skyrim del espacio” solo será jugable en la última Xbox y hará que muchos se suscriban a Game Pass; dicho sea de paso, una muy esperada sexta entrega de The Elder Scrolls también de acuerdo a Sony.
A pesar de que este argumento suena mucho más consistente que unos supuestos COD ultrabuggeados tras la compra, los hechos asimismo demuestran que ni con Bethesda en la mochila Xbox ha podido amenazar la posición de liderazgo de Sony, poniendo así en entredicho que la negociación daría un poder desmedido a Microsoft y la principal evidencia es que en un mercado cada vez más normal PlayStation 5 está dejando muy atrás a Xbox Series X.