El starter de fuego de la región de Hoenn marcó un antes y un después para posteriores diseños de la franquicia según Ken Sugimori.
Cada vez que se nos da la oportunidad de conocer un nuevo rincón del mundo de Pokémon, una de las primeras cosas que se nos muestra a los entrenadores son los pokémon de inicio. Y es que estas criaturas, aparte de ser nuestro primer acompañante en los juego, se vuelven todo un icono de la generación de turno, con Charizard como el que todo mundo identifica más de inmediato, pero ni por cerca uno de los más importantes.
Un par de años después de Charizard y Typhlosion y con el GBA a las puertas, Ken Sugimori y otros encargados de dar vida a los pokémon quisieron hacer un experimento que el diseñador reveló a Nintendo Dream en 2003 y que recientemente resurge gracias a un canal de YouTube que retomó aquella entrevista, en la que cuenta de dónde salió Blaziken y la razón por la que afirmamos lo del principio, pues quiso examinar cómo recibiríamos este tipo de diseño de personajes.
“Pensaba en la manera de cómo ampliar la variedad de pokémon y quise empujar los límites de lo que podría ser aceptado, así que el primero que hice fue Blaziken. Me preguntaba si a la gente le gustaría un pokémon tan humanoide, de modo que fue a propósito para probar.
A través de los años desarrollamos una imagen de cómo se ve un pokémon, pero esta vez decidimos ir más allá del límite de lo que no puede ser un pokémon. Ruby & Sapphire se trató de encontrar nueva inspiración nada parecida a lo que hemos usado antes.”
Sugimori añade que Combusken y Torchic fueron creados en retrospectiva, pensando en replicar el fenómeno de los pollitos de colores para de esa forma y en cierto modo validar sus hipótesis, ya que en la medida que los pollitos pintados crecían eran desechados por los niños porque ya no se veían tiernos.
20 años después Blaziken no solo es uno de los iniciales más reconocidos de cualquier juego de Pokémon, sino también uno de los preferidos (con el mejor ejemplo en Pokémon X & Y, pues recibió una mega evolución antes que Sceptile y Swampert, que tuvieron que esperar), por lo que valió la pena el riesgo.